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Personalidad & historia.

Crees que por verlo, sabes quién es. Que por saber su nobre, eres su mejor amigo. Que por entablar una conversación cualquiera con él, ya te has ganado un importante lugar en su vida. Que es simpático, adorable. Que va a dejar que le pellizques las mejillas cada vez que te haga sonreír con un comentario sobre cómo andas vestido o cuando se da cuenta de que te traes un nuevo corte de cabello. Crees que es ese amigo que te va a abrazar y te dirá que todo va a estar bien y que te va a sacar de tu casa para ir a comer un helado- ¿que no quieres salir? Bien, que él irá por su cuenta y te lo traerá, porque es un buen amigo. Y se acostarán en el sofá a ver películas del cine independiente y todo será de perlas.

Con esos enormes ojos que te bañan en dulzura y que lo hacen ver como un cachorrito desamparado. ¿Quién no querría llevárselo a casa para darle calor?

Nadie.

Lo mejor es que te quedes con esa imagen que tú solito te has montado si no quieres irte con una gran decepción, vamos, que lo más seguro es que aquello dicho arriba no llegue ni a definir a su sombra.

¿Quién es Patch, entonces?
Pues, su primer nombre es Hurricane, digamos que le hace juicio...

Grosero. Imprudente. Sin escrúpulos. Impulsivo. De tener el honor de conocerlo a fondo, tendrás claro que no es alguien que  cabe dentro de la definición de "normal". Es cambiante, tanto así, que a muchos les causa dolores de cabeza. Al ser una persona que no se adapta fácilmente a los cambios repentinos, tiende a perder la cordura rápidamente, dejándose llevar por sus impulsos y teniendo como resultado: a una persona agresiva en toda regla.

Su temperamento cuelga de un hilo muy fino. Una mirada juiciosa, algún comentario despectivo, una ceja enarcada y ¡bam! Estallará. Por lo general, se descarga con lo primero que vea- aunque jamás se irá por lo físico.

Por naturaleza, es un chico que se preocupa con una facilidad increíble, más sobretodo cuando tiene que ver con aquellos seres con relevancia en su vida. No hay nada más que le afecte que a que se metan con las personas que lograron ganarse un pedacito de su atención, ¿y por qué no? su afecto, también.

Testarudo. Obstinado. Cabezota y un sinfín de sinónimos. Es difícil, por no querer decir imposible, hacerle cambiar de parecer. Si tiene algo en mente, no lo deja hasta obtenerlo, además, es la clase de persona que si dice que el cielo es verde, va a sudar, llorar y sangrar (anda, quizás no tan literal) para probar su punto. No le gusta que le lleven la contraria, pero tampoco es que hace oídos sordos- no todo el tiempo, al menos. Jajajá...

Tiene una labia digna de admirar, si es que eso se puede. Cualquier abogado u orador soñaría con tener aquel don de conseguir lo que quiere tan sólo hablando. La forma en que emplea las palabras, de una manera tan limpia y sutil, te hacen querer escucharlo por el resto de tus días. Sabiendo perfectamente qué decir y cuándo hacerlo, hacen que tener al mundo comiendo de su mano sea tan fácil como pintar con los dedos.

Posesivo como él mismo. Y territorial, ya que empezamos. Lo suyo es, eso, suyo y no tiene intención de compartirlo con  nadie. Por eso mismo, no es sorpresa que te monte una escenita de lo que podría confundirse con celos y que se comporte de una manera tan protectora que resulta molesto para cualquier ser humano.

Sabe coquetear, sí, pero es más del tipo discreto. Eso de andar susurrándole quién sabe qué cosas en los oídos a las chicas o abusando del espacio personal de estas como el gran baboso que no es, descártalo. El contacto visual y el lenguaje corporal son sus mejores alidos, además de que tiene unos estándares bastante altos, vamos, que no se le va a lanzar a cualquiera, que tampoco es tan idiota.

Sabe valorar lo que tiene e intenta buscar todas las maneras posibles para demostrarlo. A ver, que el chico no es un desgraciado total, después de todo, fue criado con valores. Una persona apasionada de nacimiento, a millas se puede notar la devoción con la que hace las cosas- es dedicado hasta el punto de "dejar el pellejo".

Pese a que su lado tosco y bruto sea el predominante, el chico es de movimientos delicados. Ágil, escurridizo y con una elegancia llamativa. Lejos de ser torpe, Patch es detallista en niveles extremos, antes de dar un paso se asegura de que todo esté en perfecto orden para hacerlo. Cuidadoso como nadie, casi hasta ser compulsivo. Inquieto, aunque no hiperactivo. Pocas veces se le verá en una posición estática, pues así se que sólo se está mordisqueando la parte interna de su mejilla, tiene la necesidad de estar moviéndose. Lo mismo es que no puede pasar mucho tiempo en un mismo lugar, pues llega un momento en el que comienza a sentirse atrapado- siendo esta, una de las razones por las que se ha mudado tanto.

Sin duda, es odioso- no  todo el tiempo, pero generalmente. Con esas respuestas sarcásticas y sonrisas cínicas que suele regalar de manera descarada, logra sacar de sus casillas a muchos, que no queremos decir todos, anda.

La confianza es un tema que maneja con infinita distinción. Eventualmente, es considerada una tearea imposible debido a eventos anteriores, ganársela. Es fiel a sus creencias y no dará su brazo a torcer, ¿bajar la guardia? Nunca, vamos, que vivió creyendo ser el favorito -que sí lo era, todos estaban claros de aquello- para ser echado de la casa tal cual perro mal portado.

Sus intenciones están lejos de ser malas, en serio. Patrizzio es una personita irritable y, sí, darle la vuelta al mundo puede parecer más fácil que encontrarle el punto flaco- que una vez que lo encuentren, no se arrepentirán, confíen en mí. Vamos, que es una persona agradable una vez que lo conoces y verlo cuando está de buen humor es, en definitiva, una de las mejores cosas que experienciarás en tu vida.


Dio su primer respiro el 30 de Octubre del 95, en el hospital de Florencia. Técnicamente, el segundo hijo de la pareja Di Angelo-Weiz, pues compartió placenta por siete meses y una semana con una niña de rasgos inmensamente parecidos a los de él. En sus primeros años de vida lo único que los diferenciaba era la zona sur de su anatomía, y no estoy hablando de los pies.

Se mudaron a Alemania, el país nativo de su madre, cuando cumplieron los tres años de edad y otra niña era añadida a la foto familiar; Francescca Catarina Di Angelo y un año después, llegó Rolland, un varoncito y posible competencia para Patch, sin embargo, a este último poco le podía importar aquello- no es que no quisiera a sus hermanitos ni mucho menos, pero Lucie era, definitivamente, su preciosa.

Por alguna razón, Patch era el consentido de la familia. Y no lo digo por decir, que hasta era notable y todo. Él recibía los mejores regalos en navidad, tenía la atención de sus padres en un 25% más que a sus otros tres hermanos y era del que más hablaban maravillas, casualmente. Lucie y Rolland parecían ser ajenos a aquel hecho, o sino era así, pues era poca la relevancia que le daban, suficiente tenían con un abrazo diario por parte de sus padres, vamos, ¿para qué pedir más? Por otro lado, el monstruo de los celos se apoderaba de Francescca, quien siempre vio a su hermano mayor como un ser despreciable.

Cumplía con sólo doce años cuando empezó con las malas juntas. Sus amigos siempre eran tres o cuatro años mayores que él y estos solían estar involucrados en el mundo de las drogas y el alcohol. Al poco tiempo, Patch también formó parte de ese combo. Con mucha desgracia, junto a él, se vino Lucky (apodo cariñoso que le habían puesto a su melliza), que nada más se separaba del rubio a la hora de ir al baño. Y aun así, estando involucrado en aquel oscuro mundo, seguía siendo el hijo estrella. El preferido de todos. Era la joya más preciada de la familia, pero él no tenía ni la menor idea del por qué.

Una noche, tendría unos dieciséis años, para entonces, salía de una pequeña fiesta que se había celebrado en casa de el mayor de sus amigos (veinte años), estaba lloviendo y apenas si se podía ver la carretera a través del parabrisas. Tenían la música a todo volumen e iban cantando tan fuerte como sus pulmones se lo permitiesen. Gunther, quien iba al volante, no se fijó a tiempo del árbol caído que atravesaba toda la carretera, impidiendo el paso, y tuvo que armársela para salirse de esa. El auto se volcó hasta salir del asfalto y gracias a Dios todos llevaban sus respectivos cinturones de seguridad, pues de otro modo, ese habría sido su fin. Gunther, como pudo, logró salir del auto y sacar a Patrizzio, quién había quedado bastante golpeado, pero seguía consciente- el humo y las chispas que emanaba el carro indicaban que en cualquier momento este estallaría. Alarmado y en shock, no supo como reaccionar ante tal escena, Gunther le repitió un millón de veces que se las ingeniara para hacerse hueco entre los escombros y así sacar a su hermana también, al ser más pequeño tenía ventajas, pero el ensagrentado joven no se movió. La sorpresa no lo dejó y el auto no tardó en encenderse.

La dulce Lucky no tuvo la suerte de su lado esta vez, muriendo incinerada- Patch no podía creerlo. Lucie, su hermana melliza, su preciosa, había muerto frente a sus ojos y él no hizo nada al respecto más que mirar la escena. Bastó con escuchar la sirena de los bomberos y la ambulancia que se acercaba hacia la zona del accidente para que el ''reaccionara'' y toda la ciudad se enteró de aquel acontecimiento por los gritos aterradores que salían de la garganta del -ahora mayor- de los Di Angelo. Luego de la respectiva semana que tuvo que pasar en el hospital para recuperarse de sus golpes, fue internado en la zona de psiquiatría al ser diagnosticado con estrés post-traumático. Un año entero recibiendo todo tipo de terapias y ayudas, pero nada parecía sacarlo de aquel estado de shock en el que había quedado- ni una sola palabra fue emitida después de haber presenciado aquello, los doctores decían que era un síntoma de su trastorno y que se le pasaría con el tiempo. Sólo en aquellas noches en las que lograba conciliar el sueño, gritos desgarradores rebotaban por todo el piso. Jamás se perdonaría por eso.

Cuando fue considerado lo suficientemente estable como para continuar con su vida, avisaron a sus padres para que lo fueran a buscar, pero sólo su madre se presentó en la puerta del hospital; ni sus hermanos, ni su padre, sólo ella. Verla ahí parada, después de un año de no saber nada de ella, fue abrumador y no pasó mucho tiempo para que las lágrimas le empaparan el rostro- no eran lágrimas de tristeza, sin embargo, eran de alivio, de seguridad. Haber visto a su madre por primera vez luego de haber estado encerrado en un minúsculo cuarto de blancas lo hicieron sentir como en casa, pero la expresión de Hailée no era precisamente de alegría; su mirada inquieta le brindaban la ansiedad que Patch no quería sentir en ese momento.

Fue de pisar el mullido tapete en la que alguna vez se leyó la palabra Welcome! para que las discusiones comenzaran. Cegado por la ira y el desconcierto, Fabrizzio Di Angelo ni se preocupó en el frágil estado emocional de su hijo cuando comenzó a gritarle todo tipo de profanidades, culpándolo mil y un veces de la muerte de su hija. De su preciosa. En el fondo de la sala, se podía ver a Hailée esforzándose por cubrir los oídos de sus otros dos hijos y, al mismo tiempo, de llevarlos a otro lugar para que no presenciaran aquel despelote que se estaba presentando enfrente de sus ojos. Mientras su padre se descargaba, Patch no hizo más que quedarse ahí parado, cualquier emoción que pudo haber estado manifestándose en su interior desapareció y fue reemplazada por una máscara de inexpresión. Incluso el brillo de sus ojos se había desaparecido, más sobretodo en el momento que el hombre que él alguna vez consideró como un héroe dijo, sin titubear:-Y ni se te ocurra que después de haber sido quien mató a mi hija creas que vivirás bajo el mismo techo que yo. Girándose sobre sus talones y con su bolso todavía en hombro, se fue de allí, ignorando por completo los llamados de su madre.

Llegó a la Universidad de Rosewood cuando cumplió los dieciocho años, empezando como un estudiante de intercambio, aunque terminó mundándose por completo al año siguiente cuando Gunther y Marcia se trasladaron también.

thanks rapture