Worner J, Winnie. ID

Personalidad & historia.

Un huracán, una bomba de tiempo a punto de explotar, un volcán a punto de hacer erupción, un terremoto moviendo todos tus cimientos. Winnie es una joven despreocupada, fiestera, divertida y amistosa con sus pares. Winnie es una máquina de sonrisas, una bomba de optimismo, alguien a quien debes aprovechar cuando está a tu lado. Directa y espontánea, aunque es precavida y amable. Ella confía en ti y te protegerá como ella espera que tu lo hagas. Saber cómo desenvolverse en la vida es una de las características más importantes de Winnie, haciéndola sumamente ingeniosa y astuta. Salvaje, alocada y totalmente indomable. No para quieta, no hay un segundo de tranquilidad a su lado. No hay líneas que no intente pasar, no hay amarras que la contengan, no existe ningún límite estipulado para ella. Sumamente problemática, la gran parte de los problemas se centran en ella. Un alma de leona, una luchadora nata.  Es capaz de darte un puñetazo si te lo mereces o decirte lo idiota que eres si así lo es. Llena de valentía y fortaleza, jamás se rendirá, nunca dejará de luchar, ni siquiera si un muro de hierro se presenta delante de sus narices. Lo cruzará por encima, por debajo o por un costado, en ese aspecto es demasiado perseverante. Suele verse despreocupada, con una presencia fuerte y una belleza clásica que llega a ser intimidante. Soñadora, idealista e inconformista. De igual manera tiene los pies en el suelo, es realista y no te andará con vueltas a la hora de decirte algo que sabe que es así. Muy hábil en cuanto a respuestas rápidas. Una de las cualidades que más la caracterizan es la fortaleza. Siempre se ha mostrado fuerte. Sonriente y feliz, bastante optimista ante todo lo que ocurra a su alrededor. La terquedad es uno de sus mayores defectos. Es bastante explosiva y difícil de detener, le gustan las travesuras.  Es temperamental, testaruda e incansable, si así ella lo quiere.

Es seductora y una amante fiel, pero jamás caerá en la penosa fachada de depender de un hombre. No cree en el amor y jamás se ha enamorado, no busques ese lugar en su corazón porque no lo encontrarás. No es una romántica empedernida, no le interesa amar, no le gusta sentirse amada pero sí deseada.



Invierno. Las calles estaban brillantes y la ciudad tranquila. La familia Broderick con sus invitados estaba cenando cuando Anaïs comenzó con su trabajo de parto. Fue enviada de urgencias al Hospital de New York, donde fue tratada hasta que dio a luz a una pequeña niña, el segundo hijo de la familia. Mientras iba creciendo, descubría lo que realmente era su familia. Jamás le faltó nada material, vivían cómodamente, pero siempre le faltó cariño. Su hermano Dylan y ella sufrían malos tratos por parte de su padre, jamás les trató bien, jamás les quiso y si lo hacía, sus acciones decían lo contrario. El hombre bebía demasiado y cuando lo hacía, no había donde ocultarse de él. Anaïs era la que siempre se llevaba las palizas por defender a sus hijos.

Cuando Jade tenía doce años, su padre ahogó a su hermano. La pequeña niña de siete años tuvo que observar dicho suceso y jamás se recuperó. Su madre no estaba y todos creyeron que fue un accidente. Pero Jade y su padre sabían que no era así. La niña creció silenciada, solitaria, temerosa de que algo le ocurriera, pero con una sed de venganza que no se iría nunca.

Para su suerte jamás se convirtió en un ser borde y cruel, aquel suceso no cambió su personalidad dulce y compasiva, aunque sí la hizo más fuerte y perdió la confianza en la gente. En su adolescencia fue la princesa de la secundaria, siempre rodeada de hombres y "amistades", fue una de las privilegiadas. Mantuvo buenas calificaciones hasta terminar la secundaria, e ingresó en la Universidad de Dartmouth para convertirse en médica. Gracias a sus buenas calificaciones y a dedicar todo su tiempo libre al estudio, logró salir de la Universidad antes de lo previsto.

Jade sabía que su padre debía pagar por los pecados que había cometido, pero no fue hasta cuando cumplió 23 años, cuando llevaba su título de médica en su cartera y regresaba a casa luego de tantos años de estudio. La bienvenida de sus padres no fue la típica, estaban peleando, el hedor a alcohol de su padre implicaba un problema grave aquella velada, pero jamás se imaginó la gravedad del asunto. Su madre estaba durmiendo en su  habitación y su padre bebía en el sofá de la sala de estar, y ella olvidó que era su padre en el momento en el que lo asesinó con una cuchilla de cocina. Su padre, el hombre que le había dado la vida murió, ella le había quitado la vida que no merecía, había salvado a su madre pero sabía que la policía no entendería ello. Se despidió de su madre y se fugó.

Comenzó a utilizar su primer nombre, aquel que jamás le había gustado pero que ahora la salvaría. Jade se convirtió en Winnifred y su apellido Broderick cambió por Worner con la ayuda de uno de sus mejores amigos, quien había estudiado junto a ella en la Universidad y la ayudó a cambiar su identidad. Rosewood fue su destino, su escape, un pueblo nada conocido, con pocos habitantes y que prometía ser un refugio seguro. La nueva joven debía dejar su vida a un lado, pero sus estudios servirían de algo e ingresó al Hospital como médica residente, también con mentiras y engaños. Ahora le toca rearmar su vida, ser otra persona, dejar el pasado atrás, olvidar lo que hizo y esconderse.

extras

♦ La fotografía, la publicidad, las imágenes, los paisajes, los tacones, los días de lluvia, el café fuerte y leer son algunos de sus gustos.
♦ La vida nocturna, las fiestas de gala y las discotecas, la música, los bares, los cócteles y las cervezas. Salir por las noches, aunque sea a caminar por una calle desierta.
♦ El humo del tabaco, no lo soporta. Tampoco soporta los dolores emocionales, el calor, los desayunos en abundancia, el café sin azúcar, las personas obsesivas, los engaños y las mentiras, las amistades perdidas.
♦ No es nada buena con la bebida pero le gusta beber, y siempre que está borracha es más divertida que lo usual.
♦ Posee un ancla tatuada en su tobillo derecho, que le recuerda que siempre debe mantener los pies sobre la tierra.
♦ Se fija mucho en los detalles y en cosas diarias que le hacen más feliz, como el rocío matutino, el olor a piedra mojada, el color del cielo en el crepúsculo, el calor del sol o la sensación de pisar el césped descalza.
♦ Posee un brazalete con un pequeño triángulo equilatero de color plateado colgando de él, simboliza el equilibrio.
♦ Su vestimenta casual pueden ser vestidos y tacones o jeans y camisetas holgadas. No tiene un estilo de vestir estipulado.