Así se despeja una... [Spencer]

Es un día muy caluroso para estar en Octubre, todo sea dicho también podría deberse a que estaba esforzándose mucho para ganar a mi hermanita Spencer, últimamente ha mejorado mucho en el juego, tiene un saque muy potente.

Salté hacia un lado para devolverle la pelota y mi fabulosa falda de la misma marca que usa Maria Sharapova se movió con una onda. Me retiré el mechón de pelo que me había caído por los ojos con un soplido y la miré con una media sonrisa.

Estoy orgullosa de mi hermana, ¡cómo ha cambiado!, ahora es más madura y se parece un poco más a mí. Espero con todas mis fuerzas que no cometa los mismos errores que yo, aunque no lo parezca, mi vida es un caos. La verdad es que me desahogo mucho jugando con ella, en el fondo nos queremos, pero es que a veces me saca de mis casillas... Mientras pienso esto me devuleve la pelota con fuerza, yo agito mi raqueta y le respondo.

-Spens, ¿de qué te sirve tanta fuerza si me la lanzas directa a la raqueta? - Le digo con mi tono pedante, a veces me sale sin querer, es parte de mí.

Ella me mira frunciendo el ceño y me la vuelve a lanzar.

Quizás su relación con su hermana no era de las mejores que podía haber en el mundo pero últimamente podía decirse que había mejorado levemente. Habían pasado tantas cosas entre las dos que podía ser normal que Melissa fuera tan rencorosa con ella, para empezar había fastidiado su relación con Wren y después había hecho lo mismo con Ian, ¿qué clase de hermana se suponía que era Spencer? Era cierto que con el paso del tiempo y los diversos acontecimientos que habían sucedido con -A y demás la habían hecho madurar e incluso cambiar con respecto a su hermana, pero seguía -en ocasiones- dudando de ella y de si tenía relación con el team -A o algo así y si la tenía no quería ni pensarlo, ¿es que su propia hermana se iba a atrever a hacerla algo? Un pequeño escalofrío recorrió su espalda.

Aquella tarde había salido con su hermana al club deportivo, hacía mucho que no jugaban al tenis, a la morena la encantaba aquel deporte, era uno de sus favoritos o casi su favorito. A Melissa se le daba tan bien jugar o incluso mejor que a ella misma y Spencer no podía permitirse aquello, aunque fuera su hermana, aunque fuera otra Hastings -como ella- no podía darse el lujo de perder ante nadie, ella era una ganadora y no la gustaba que nadie quedara por encima de ella, fuera quién fuera. Sus golpes de raquetas eran concisos y rápidos, la seguía el ritmo ligeramente como podía, lo hacía bien. A veces su hermana era tan insoportable y aquel comentario lo había demostrado, un golpe más fuerte con un ligero ceño fruncido y Mel entendía a la perfección que la joven no estaba de humor. - Melissa, ha sido la primera que ha ido directa... - Añadió lo más seria que pudo mientras le devolvía otro ligero golpe, sordo y seco.